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El alcantarillado de Bakú cobra protagonismo en una sesión que no superó la media hora


Atrás queda ya el Gran Premio de China, el número 1000 de la historia de la Fórmula 1. El gran circo pone rumbo al impredecible fin de semana de Bakú, donde estos años se ha demostrado que cualquier cosa puede suceder. Una pista en la que nada está escrito y lo imprevisible suele tomar protagonismo con facilidad. Comienza así el cuarto Gran Premio de la temporada 2019, llega la hora de disputar la primera sesión de entrenamientos libres alrededor del mítico castillo de la ciudad.

Aunque, finalmente, nada fue según lo esperado ya que la sesión finalizó sin haber superado el primer tercio del tiempo previsto. La acción comenzaba a centrarse sobre la pista, cuando de pronto un estallido se abrió paso bajo el coche de George Russell, la tapa de la alcantarilla no aguantó y salió despedida contra la parte baja del coche del piloto británico. Algo que pocos podían esperar y que acabó con el tiempo de sesión. El riesgo de que otras alcantarillas replicaran el mismo problema podía ser bastante alto, por lo que poner fin a los primeros entrenamientos fue la decisión más sensata ante el posible riesgo. Los trabajadores del GP se pusieron a trabajar en ello rápidamente, pero quizá las imágenes mostradas por la retransmisión desvelaron que tal desempeño no está a la altura de un deporte como es la Fórmula 1.

Sin nada más a destacar, concluye así la primera sesión de este fin de semana. Dejando todo por ver, una sensación fría y todo en el aire para las siguientes sesiones, en las que la primera preocupación estará centrada en que las instalaciones no vuelvan a ser el tema de conversación mientras los monoplazas esperan en garaje. Afortunadamente, no hubo grandes daños que lamentar, pero el más perjudicado ha sido, sin duda, el equipo de la parrilla que no atraviesa su mejor momento. Habrá que ver cómo afronta el equipo de Williams la situación en la que se ha visto inmerso sin tener culpa alguna.

Inicio de la sesión

El Haas de Romain Grosjean rompía el silencio del trazado de Bakú, ya que fue el primero en saltar a la pista. Tras él, varios pilotos salían de sus garajes para tomar contacto con el trazado. Después de un giro a moto prueba, todos regresaban a sus garajes. Con calma y poco a poco los monoplazas iban acaparando el protagonismo, sobre todo los Ferrari, Vettel y Leclerc fueron los primeros en colocar un tiempo en la tabla. La bandera roja fue temprana en Azerbaiyán, el protagonista fue George Russell, su coche sufría una especie de pequeña explosión. Todo debido, finalmente, a una alcantarilla que no estaba sellada correctamente. El piloto de Williams se veía obligado a aparcar su coche antes de tiempo. Preocupado, el piloto llegaba a su garaje para entender lo sucedido. La actividad en pista estaba detenida, aunque el tiempo continuaba avanzando.

Desastre total

En el regreso del Williams al garaje, el brazo de la grúa chocaba con uno de los puentes publicitarios que atraviesan la pista. El líquido hidráulico de esta parte de la grúa comenzaba a caer sobre el coche, todo lleno de aceite y destrozado por el fondo llegaba al garaje del equipo. Los de Williams cerraban inmediatamente para ponerse a evaluar los daños de su coche. Después del grotesco espectáculo en el que se han visto envueltos debido a la entredicha organización. Los problemas fueron a parar al equipo más tocado de la parrilla.

Las imágenes mostraban como Charles Leclerc también levantaba una alcantarilla a su paso, pero sin consecuencias para él. Varias alcantarillas del trazado fueron enfocadas mientras los trabajadores procedían a revisarlas. La sesión parecía haber llegado a su final sin apenas haber rodado. Algo que nunca antes había pasado, los pilotos miraban las imágenes sorprendidos y con cara no creerse lo que estaba sucediendo.

El sistema elegido para anclar fijamente las alcantarillas al suelo fue un total de tres tornillos por cada una de las alcantarillas. Algo que, evidentemente, no superó ni los primeros veinte minutos de sesión. Por si lo visto hasta el momento fuese poco, las cámaras enfocaban a los trabajadores tratando de solucionar el problema de anclaje de todas las alcantarillas. Un remedio un tanto cuestionable, unas acciones para salir del paso, volviendo a apretar de forma manual cada tornillo. Dos empleados recorrían el sistema de alcantarillado que se encuentra en la zona de trazado, intentando solucionar con un par de herramientas el contratiempo que impidió llevar a cabo la normalidad de la primera sesión de entrenamientos libres.

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